Publicado en Generación del 50, Literatura siglo XX, Poesía

¡SALUD Y POESÍA!

Miércoles, 1 de abril de 2020

MIGUEL HERNÁNDEZ escribió las «Nanas de la cebolla» desde la prisión de Torrijos en 1939, encarcelado al final de la Guerra Civil por haber militado en el bando republicano. Se las dedicaba a su hijo Manuel Miguel, de pocos meses de edad y, en ellas, hacía referencia la la cebolla, como único ingrediente que su mujer encontraba para cocinar las sopas con las que alimentarse en estos primeros meses de la durísima posguerra.

El poema, como otros que hemos leído, expresa la falta de libertad del hombre encarcelado, pero también se integra en sus versos el mensaje que, desde la distancia, envía a su hijo ausente. ¿Qué emociones te provoca su lectura? ¿Puedes empatizar con la situación que vive el poeta? ¿Qué versos eliges como la esencia de los «consejos vitales» que Miguel Hernández manda a su hijo?

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre
escarchaba de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma, al oírte,
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol,
porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
y el niño como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.

             Miguel Hernández, Cancionero y romancero de ausencias (1938-41)

Miguel Hernández (1910-1942) nació en una familia humilde de Orihuela (Alicante). Se dedicó al pastoreo de cabras desde su niñez pero lo combinó con la lectura de obras clásicas, que le proporcionaba, entre otros, su gran amigo Ramón Sijé. Tras iniciarse poéticamente en su tierra, viajó en la década de 1930 a Madrid, donde fue aceptado en el ya consolidado círculo del 27, cuyos poetas se convertirían para Miguel Hernández en maestros y amigos. En su corta trayectoria publicó varios libros que evolucionan desde la influencia gongorina en Perito en lunas, hasta los poemas de guerra que conforman Viento del pueblo, pasando por poemarios de amor apasionado como El rayo que no cesa.

Miguel Hernández murió enfermo de tuberculosis en la prisión de Alicante, el 28 de marzo de 1942.

Escucha la famosa versión de las «Nanas de la cebolla» en la voz de Joan Manuel Serrat.

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¡SALUD Y POESÍA!

Martes, 31 de marzo de 2020

CONCHA MÉNDEZ  fue, desde niña, una aventurera con ganas de comerse el mundo. Contaba la escritora que siempre recordaría la visita de un amigo de sus padres a casa que, durante la conversación, se dirigió a sus hermanos para preguntarles qué querían ser de mayores. La niña Concha, viendo que no se interesaba por ella, se acercó y le dijo: “Yo voy a ser capitán de barco” y este le replicó con un comentario demoledor: “Las niñas no son nada”.

Concha no llegó a ser capitana de barco pero sí una gran escritora relacionada estrechamente con el Grupo del 27 y con otras excepcionales mujeres artistas de su época, que también tuvieron que romper barreras para expresarse con una voz propia: «Las Sinsombrero».

En el poema «Se mire donde se mire», que pertenece al libro Sombras y sueños, publicado en México en 1944, reflexiona sobre el sinsentido de la guerra y deja patente su doloroso exilio. ¿Encuentras algún paralelismo entre las emociones que expresa Concha Méndez en el poema y las sensaciones que has experimentado durante estas semanas? Señala metáforas que podrían expresar la situación en la que vivimos actualmente.

Se mire donde se mire,
nada se ve por la tierra,
que la luz ya no es la luz,
que es sombra negra y sin tregua
y por todos los caminos
la sangre hasta el pecho llega.
 
¿Por qué esta mezcla de sangres,
unas viejas y otras nuevas?
¿Qué necesitan los dioses
del Porvenir, que las mezclan?
 
Pienso que hay una razón,
y espero poder saberla.
Sólo una blanca esperanza
me hace vivir para ella.
Quiero creer todavía
que las sangres que se enfrentan
en esta dura batalla
de las almas y las venas
han de darnos una luz
que ha de romper las tinieblas.

             Concha Méndez, Sombras y sueños (1944)

 

Concha Méndez (1998-1986) fue poeta y también impresora de las grandes revistas en las que comenzó la difusión de obras de la Generación del 27, como Caballo verde para la poesía, dirigida por Pablo Neruda. Viajera intrépida, inquieta devoradora de arte y cultura, mujer de gran personalidad, vivió la posguerra en el exilio mexicano. Décadas después, regresó a España y su nieta la entrevistó extensamente para dejar huella de su experiencia en Memorias habladas, memorias armadas (1990), el libro de una vida curiosa, combativa y creativa.

PARA SABER MÁS…

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¡SALUD Y POESÍA!

Lunes, 30 de marzo de 2020

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ inaugura con sus versos esta tercera semana de ¡Salud y poesía!, que vuelve la vista hacia la obra de grandes poetas cuya trayectoria arranca en el primer tercio del siglo XX. El poema seleccionado de Juan Ramón pertenece a la obra Eternidades, encuadrada en su «Etapa intelectual», en la que el escritor pretende buscar la trascendencia a través de la belleza y la depuración poética.

La voz poética se define con una personalidad dual, contradictoria o complementaria. ¿Crees que a ti te ocurre algo similar? ¿Puedes mostrar diversas caras de ti mismo dependiendo de las circunstancias? Encuentra ejemplos en los que se plasmen las contradicciones de tu personalidad que, al fin, son las que nos distinguen como humanos.

También puedes revisar los rasgos poéticos de esta etapa juanramoniana y encotrar ejemplos de algunos en el texto. No olvides entrecomillar los ejemplos.

Yo no soy yo.
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo,
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera.

             Juan Ramón Jiménez, Eternidades (1917)

 

Juan Ramón Jiménez (1881-1958) fue uno de los maestros de la Generación del 27, cuyos miembros admiraban el afán del moguereño en la búsqueda de lo que denominaba una poesía pura, esencial. Su producción recorrió varias etapas, desde la modernista inicial hasta la conocida como metafísica, suficiente o verdadera, a la que pertenecen los últimos títulos de este poeta que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1956.

PARA SABER MÁS…

Creadores del siglo XX. Juan Ramón Jiménez, la obra en marcha (RTVE)

La mitad invisible. «Espacio», de Juan Ramón Jiménez (RTVE)

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¡SALUD Y POESÍA!

Viernes, 27 de marzo de 2020

JOSÉ ÁNGEL VALENTE publica este poema en 1955, dentro del poemario A modo de esperanza, que recibió el prestigioso premio Adonáis ese año. Se trata de un texto sencillo pero, al tiempo, sorprendente, que permite muchos niveles de interpretación. Te dejo varias cuestiones para que reflexiones sobre su forma y su sentido.

¿Qué te impacta del poema? ¿Crees que contiene algún elemento propio de otros géneros narrativos? ¿Cómo lo interpretas: te quedas con una lectura literal o lo entiendes de forma metafórica? ¿Es determinante el uso de figuras literarias en su construcción?

Hoy he amanecido
como siempre, pero
con un cuchillo
en el pecho. Ignoro
quién ha sido,
y también los posibles
móviles del delito.
 
Estoy aquí
tendido
y pesa vertical
el frío.
 
La noticia se divulga
con relativo sigilo.
 
El doctor estuvo brillante, pero
el interrogatorio ha sido
confuso. El hecho
carece de testigos.
(Llamada de portera,
dijo
que el muerto no tenía
antecedentes políticos.
Es una obsesión que la persigue
desde la muerte del marido.)
 
Por mi parte no tengo
nada que declarar.
Se busca al asesino;
sin embargo,
tal vez no hay asesino,
aunque se enrede así el final de la trama.
 
Sencillamente yazgo
aquí, con un cuchillo…
Oscila, pendular y
solemne, el frío.
No hay pruebas contra nadie. Nadie
ha consumado mi homicidio.

             José Ángel Valente, A modo de esperanza (1955)

José Ángel Valente (1929-2000) dio sus primeros pasos poéticos siendo aún estudiante en la Universidad de Santiago de Compostela y pronto comenzó a relacionarse con los escritores de la Generación del 50, con los que compartía una idea de la poesía como conocimiento individual. En décadas posteriores, su producción se enmarcó la corriente denominada «poesía del silencio», que abogaba por una lírica breve, esencial y conceptualmente densa. Valente compatibilizo su trabajo de poeta, en lengua castellana y gallega, con la docencia en Oxford y otras universidades extranjeras. Como reconocimiento a su obra, le fueron concedidos el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y el Premio Nacional de Poesía.

PARA SABER MÁS…

El poeta en su voz (RTVE, 1989)

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¡SALUD Y POESÍA!

Jueves, 26 de marzo de 2020

ÁNGEL GONZÁLEZ incluye este poema, entre otros tantos en los que explora el sentimiento amoroso, en su primer libro de poemas, Áspero mundo (1956). Como en la obra de sus compañeros de la Generación del 50, la reflexión individual sobre la relación del hombre con el mundo y consigo mismo prevalece en una poética viva hasta principios del siglo XXI.

Disfruta de la lectura de «Mientras tú existas» y escribe tu comentario diario.

Mientras tú existas,
mientras mi mirada
te busque más allá de las colinas,
mientras nada
me llene el corazón,
si no es tu imagen, y haya
una remota posibilidad de que estés viva
en algún sitio, iluminada
por una luz—cualquiera…
Mientras
yo presienta que eres y te llamas
así, con ese nombre tuyo
tan pequeño,
seguiré como ahora, amada
mía,
transido de distancia,
bajo ese amor que crece y no se muere,
bajo ese amor que sigue y nunca acaba.

             Ángel González, Áspero mundo (1956)

Podéis escuchar esta versión recitada por Elvira Sastre, con Adriana Moragues a la guitarra.

Ángel González (1925-2008) entabló amistad con el grupo barcelonés de la Generación del 50 durante su estancia en Barcelona en 1955 y a partir de entonces mantuvo relaciones estrechas con ellos. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de sus compañeros de generación, su carrera literaria se desarrolló durante décadas en América -fundamentalmente en Estados Unidos- donde ejerció de profesor a lo largo de las últimas décadas del siglo XX. Ángel González fue miembro de la Real Academia de las Letras Españolas y recibió el premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1985.

PARA SABER MÁS…

Esta es mi tierra (RTVE)- Ciudad cero, por Ángel González

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¡SALUD Y POESÍA!

Miércoles, 25 de marzo de 2020

JAIME GIL DE BIEDMA escribió  un maravilloso poema que expresa, con palabras sencillas y sin grandilocuencia, la fabulosa sensación que nos embarga cuando nos sentimos parte de un grupo de amigos. Leed los versos, saboreadlos y comentad si la sentís así, como el poeta. Contad también qué pequeños gestos, qué momentos cotidianos, qué objetos insignificantes… os devuelven esa sensación de vivencias compartidas.

Pasan lentos los días
y muchas veces estuvimos solos.
Pero luego hay momentos felices
para dejarse ser en amistad.
        Mirad: somos nosotros.

Un destino condujo diestramente
las horas, y brotó la compañía.
Llegaban las noches. Al amor de ellas
nosotros encendíamos palabras,
las palabras que luego abandonamos
para subir a más
empezamos a ser los compañeros
que se conocen
por encima de la voz o de la seña.

Ahora sí. Pueden alzarse
las gentiles palabras
-esas que ya no dicen cosas-,
flotar ligeramente sobre el aire;
porque estamos nosotros enzarzados
en mundo, sarmentosos
de historia acumulada,
y está la compañía que formamos plena,
frondosa de presencias.
Detrás de cada uno
vela su casa, el campo, la distancia.

Pero callad.
Quiero deciros algo.
Sólo quiero deciros que estamos todos juntos.
A veces, al hablar, alguno olvida
su brazo sobre el mío,
y yo aunque esté callado doy las gracias,
porque hay paz en los cuerpos y en nosotros.
Quiero deciros cómo todos trajimos
nuestras vidas aquí, para contarlas.
Largamente, los unos a los otros
en el rincón hablamos, ¡tantos meses!
que no sabemos bien, y en el recuerdo
el júbilo es igual a la tristeza.
Para nosotros el dolor es tierno.

¡Ay, el tiempo! Ya todo se comprende.

                                                       Jaime Gil de Biedma, Compañeros de viaje (1959)

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¡SALUD Y POESÍA!

Martes, 24 de marzo de 2020

JAIME GIL DE BIEDMA publicó «No volveré a ser joven» cuando tenía cuarenta años. No era un anciano pero comenzaba a entender que la vida es un camino de una sola dirección. Si ayer nos poníamos en la piel de una niña que recibe consejos para emprender la marcha vital, hoy nos encontramos ante una reflexión intensa del significado de la existencia desde la perspectiva contraria. Comentad si el poema os invita a reflexionar sobre el sentido de la vida, qué esperáis de la vuestra -ahora y en el futuro-, cómo interpretáis las metáforas sobre las que se construye el texto. ¿Acaso en estos días sois capaces de empatizar con aquellos que os superan en años y en camino recorrido y lográis poneros en su piel por unos instantes? 

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan solo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

             Jaime Gil de Biedma, Poemas póstumos (1968)

Podéis escuchar el poema recitado por el autor.

Varios artistas han puesto música a estos versos de Gil de Biedma. Os dejo esta estremecedora versión de Miguel Poveda, interpretada por el cantante en el Teatro Romano de Mérida.

Jaime Gil de Biedma (1928-1929) también perteneció al grupo barcelonés de la Generación del 50. Su poesía completa se editó bajo el nombre Las personas del verbo (1982), en un juego de palabras que expresan cómo la lírica se construye con el yo poético, el lector, y la tercera persona de la realidad, en la que se crea el poema. Los miembros de esta generación poética, superaron la necesidad fundamental de los poetas sociales de dirigirse a la «inmensa mayoría» y la concepción de poesía como arma de lucha social para evolucionar a una expresión íntima de vivencias personales, una comunicación más cercana entre esos yo y antes referidos. No es tanto que se alejen de la realidad social de la época, marcada por la represión dictatorial, sino que la asumen como el marco donde se integran las experiencias individuales, convertidas en centro de la creación poética.

Así definía la poesía Jaime Gil de Biedma en su «Prefacio» a Las personas del verbo:

Un libro de poemas no viene a ser otra cosa que la historia del hombre que es su autor, pero elevada a un nivel de significación en que la vida de uno es ya la vida de todos los hombres, o por lo menos… de unos cuantos entre ellos.

PARA SABER MÁS…

Imprescindibles: Jaime Gil de Biedma (RTVE)